Reflexión 1: Polvo eres y en polvo te convertirás.
Tanta preocupación por el físico, por sus cuidados, por cumplir expectativas o deseos ajenos que no contribuyen a tu nivel de vida... para que luego, todos, absolutamente todos, seamos polvo, tanto por incineración como dentro del ataúd. Es cuando piensas que realmente no somos nadie, y que en vida todos podremos ser más o menos importantes, pero vamos al mismo lugar. Hasta que no ves una vida humana, sonriente, que ha planchado su ropa, que se alimenta, se ríe, se preocupa por su aspecto, y luego no ves su destino, no lo entiendes. Es la típica sentencia que se conoce en la teoría pero no en la práctica. Si la asimiláramos mejor valoraríamos mucho más la vida. Qué pena que a veces sea tarde.
Reflexión 2: ¿Por qué la gente echa las luces largas en la autovía sin recato alguno?
Estoy hasta los huevos de ir por una autovía que no conozco, de noche, y que los mamones de la autovía del sentido contrario tengan la larga sin parar y sin pensar en los del otro sentido, hostias. A mí me da reparo encenderla en las curvas infinitas para no joder a la gente del sentido contrario, y luego veo a los cabrones por el otro lado sin respeto ninguno. Me cago en todos.
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