De bufones y arlequines

Arlequines y bufones los ha habido durante toda la historia de la humanidad.

Siempre fue bastante denigrante el status que se le otorgaba al bufón. Algunos bufoneaban y actuaban como arlequines en la calle, para ganarse la vida simplemente. Otros lo hacían de modo quasi-profesional en las Cortes Reales, para servir de entretenimiento a los más estirados , secos y despechados reyes de las Casas europeas . Era realmente útil un bufón, pues prácticamente era un objeto privado de la familia real que hacía reír, simple y llanamente. Cuando el bufón no cumplía con sus obligaciones no servía para nada, incluso era despreciado por el mismo populacho al verlo pasar con sus vestiduras por las angostas calles medievales . Los arlequines que no contaban con una especial protección del Rey ( esto es , dejar que viviese en palacio ) eran receptores de las máximas burlas y desprecios cuando caminaban por las calles. Incluso en las pobres gentes que pululaban por las calles, llenas de suciedad y enfermedades , consideraba a un arlequín como una persona con una dignidad perdida, no se puede caer más bajo que hacer “ el payaso” para que te den unas monedas, eras una especie de mono, un pobre animal despreciado hasta por el más pintado . Esa era la vida de un arlequín , que por cierto, la mayoría y los “mejores” venían de Nápoles.

Ya por esas épocas de la edad media , los napolitanos empezaron a tomar una curiosa fama de “graciosillos” , juerguistas, borrachos empedernidos, etc…. y esa fama se la ganaron gracias a la inestimable ayuda del pelotón de arlequines y bufones que salían todos los años de Nápoles e buscarse la vida en Castilla o Aragón. Así pues, se le fue perdiendo el respeto a Nápoles. Ni los propios italianos veían bien a los vecinos del sur de la Península itálica, comenzaron a engendrar un odio generalizado contra ésta región por aplicarle un status a Italia muy inferior al del Castellano puro ( salvemos las distancias de nombrar a la Península Ibérica como España en el siglo XV, cosa totalmente incierta ), además el sentimiento conformista napolitano era muy desarrollado. Estaban bien y contentos con su condición de invadidos por los aragoneses y no protestaban, es más : peloteaban y le seguían “ el rollo” a los castellano-aragoneses . Ese conformismo se convertía en odio por las demás zonas italianas dominadas, sobre todo pequeños enclaves del norte .

Hoy día, creo que somos como la historia nos ha catalogado, y es demostrable. La región de Nápoles , en la Italia actual, sigue teniendo la etiqueta de graciosillos, inútiles y subdesarrollados ( no lo digo yo, es el sentimiento general de los italianos, sobre todo del norte ) . El odio, ya sea justificado o no, tiene una base filosófica : Si perjudicáis la imagen de Italia con vuestras tonterías , estáis perjudicando a toda Italia.

Éstas reseñas histórico-sociológicas las he hecho para poneros en el contraste de un caso muy parecido, como es el caso de los bufones y arlequines de Andalucía. Podría hacer una lista interminable de personajes que se autodenominan “ artístas-humorístas” que usan “armas culturales” andaluzas para hacer reír. Paz Padilla, Chiquito de la Calzada, Paco Gandía, Pepe da Rosa ….. y digo “armas culturales” refiriéndome al típico “ reírse de nosotros mismos” , autodenominarnos en chistes como “vagos, flojos” o lo más denigrante y vergonzoso para toda persona que se sienta andaluza de VERDAD : USAR EL LENGUAJE PARA PROVOCAR RISA. ( Esto es algo que hace mucho otro bufón, como es Ismael, el gaditano de Gran Hermano ), pero no solo es motivo de risa en televisiones estatales y regionales de éste país usar el lenguaje andaluz para hacer humor, sino que , en un afán de “ ser más gracioso aún” muchos bufones exageran el acento.

Lo que más duele de toda esta situación es que en España no pasa como en Italia. Los italianos protestan contra los napolitanos por su actitud y la imagen que dan al mundo ( hay barrios napolitanos peor que el Bronx, eso os lo aseguro, junto con mafias, tráfico de drogas, prostitución, altos índices de cárcel, corrupción, etc.. ) . Sino que los españoles en general consideran a los andaluces como sus bufones particulares. Decía al principio que el bufón, cuando no realiza sus funciones , se convertía en un ser despreciable motivo de mofa de todo el populacho. Lo mismo pasa con el humorista andaluz. ¿ Veis a Paz Padilla en un debate serio en televisión? ¿ veis a Ismael , el del gran hermano dando una conferencia sobre sociología andaluza? NI EN SUEÑOS. Porque no serían respetados al “haber vendido” su respeto por unos euros . Pero no solo eso, han vendido algo tan valioso y enriquecedor como es la lengua andaluza, nuestra cultura y nuestra forma de ser. Nos han ridiculizado a más no poder.

Es increíble el daño que hacen éstos personajes a los andaluces en general, no tenemos otra cosa que agradecerles que bajar nuestro status y prestigio a los niveles más ínfimos, por ello todos los andaluces deberíamos considerarlos personas non gratas y enemigos del pueblo andaluz. Y a los españoles en general decirles que no somos sus bufones, que no queremos ser su mascota y que se respete y trate de igual manera el acento andaluz que el catalán, el valenciano, el murciano, todo…

No queremos más series donde el más humilde de la casa sea un andaluz.

No queremos ver a más andaluces forzando el acento para adecuar su forma de hablar a otra cuando estén fuera de Andalucía.

No queremos más bufones y arlequines que representen a Andalucía en toda España y en el mundo.

No queremos más ser los “ más conformistas y españoles de España” .

Queremos andaluces con autocrítica, que vean que la imagen que estamos dando no es la adecuada para que nos respeten. Queremos que España nos trate como Italia a los Napolitanos ( nos tienen que presionar un poco para cambiar la mentalidad de la masa popular conformista ) y la única forma de “presionarnos” es ofreciéndonos infraestructuras para poder desarrollarnos como otros ( incluso veo aquí un ejemplo de falta de respeto hacía Andalucía por culpa de la imagen que damos al exterior ).

En definitiva, pido un poco más de amor propio a los andaluces.

Daniel